Las huertas escolares “esparcen” en la zona indígena como un cultivo de esperanza
En medio de la selva del occidente risaraldense se cultiva la esperanza a través de 6 huertas escolares donde germinan productos nativos de la canasta familiar de las comunidades indígenas.
Con ánimo de hacer seguimiento al proyecto pedagógico «Un Granero en mi Solar”, la secretaria de Mujer, Familia y Desarrollo Social se desplazó hasta el resguardo indígena de Kemberdé para hacer seguimiento a este proyecto que nació en Dachi Dada Kera, a la institución educativa central de este resguardo y que con éxito se ha extendido a 6 sedes más en un año.
“Estamos felices porque con este proyecto no solo estamos trabajando el tema de la seguridad alimentaria, sino también la soberanía, donde los niños y los adolescentes están aprendiendo a sembrar sus alimentos y a cultivar sus propios nutrientes en un escenario de autonomía, responsabilidad y desarrollo comunitario”, resaltó Elizabeth Diosa, al constatar que en estos espacios que anteriormente solo había maleza hoy germina cebolla, papaya, plátano, yuca, pepino, entre otros productos agrícolas.
Este proyecto es pionero en esta comunidad y se ha ido extendiendo a otros centros educativos y comunidades para complementar las ayudas humanitarias que entrega la administración departamental en el marco del programa de seguridad alimentaria Risaralda sin Hambre.
Actualmente existen 89 huertas en todo el departamento para beneficio de más de 700 personas de diferentes edades y lugares, entre ellos adultos mayores de los Centros de Bienestar, mujeres líderes y estudiantes y comunidad educativa.