Risaralda debe ser epicentro del turismo deportivo
Por: Juan Diego Patiño
Risaralda debe convertirse en un destino deportivo de carácter internacional y para ello es necesario mejorar la infraestructura de los escenarios, tal como se ha empezado a hacer para los juegos nacionales y paranacionales de 2023, y poner en marcha una estrategia de promoción y comercialización, a través de las ligas y federaciones.
Nuestro departamento podría albergar torneos nacionales e internacionales de diferentes actividades deportivas, siempre y cuando nos pongamos en la tarea de realizar esa gestión de manera persistente y de acuerdo con un trabajo concertado con los actores sectoriales.
El deporte tiene la potencialidad de convertirse en un jalonador de primer orden de la economía territorial, en el entendido de que posee un relacionamiento directo con el turismo. Así lo hacen ciudades como Cali e Ibagué, para sólo poner dos ejemplos, que durante los últimos años han monopolizado muchos de los certámenes internacionales realizados en el país, con resultados muy benéficos para sus economías.
Es evidente el aprovechamiento económico que se realiza de los eventos deportivos a nivel mundial. Se vio en Catar con el campeonato de fútbol y ocurre en las carreras de Fórmula 1, en las vueltas ciclísticas europeas, en los torneos de la ATP y en los encuentros de golf. Miles de personas se movilizan hacia las sedes, irrigando recursos no sólo en favor de los certámenes, sino también al transporte, la hotelería, la gastronomía, el comercio, las comunicaciones y la diversión.
Cuán importante sería que Risaralda, que no ha vuelto a realizar suficientes eventos deportivos, pudiera impulsar conjuntamente entre los sectores público y privado torneos de resonancia en disciplinas como tiro con arco, atletismo, ciclismo, fútbol, baloncesto, voleibol, natación, ciclo montañismo, parapente, escalada y tenis, entre otros.
La modernización y construcción de escenarios deportivos que se realiza actualmente, es un avance, pero se necesita mucho más. Por ejemplo, requerimos un escenario para deportes a motor, donde se puedan realizar carreras automovilísticas y torneos de motocross y trial. Es indispensable recuperar la pista de atletismo del estadio “Hernán Ramírez” y poner en operación una cancha moderna de bolos.
Pero no sólo deberíamos concentrarnos en los certámenes competitivos, sino también en aquellas actividades recreativas, como el biciturismo y el senderismo, de gran acogida internacional. Y en estas dos actividades, por ejemplo, Risaralda tiene un potencial impresionante y ha venido acumulando experiencia con operadores expertos. Se cuentan por miles los bicituristas y senderistas internacionales que llegan a Colombia cada año en búsqueda de nuevos paisajes y más aventuras. Ni qué decir del parapente, donde el departamento se está convirtiendo en un referente nacional.
Sin embargo, ser un centro deportivo a nivel internacional, obliga a mejorar la infraestructura turística y a formalizar a los operadores. Es una tarea urgente que requiere compromiso de todos los actores interesados. En el pasado hemos tenido experiencias positivas, pero lo que debemos buscar es ampliar el horizonte, ser más ambiciosos y convocar muchísima más gente en favor de un turismo deportivo de clase mundial.