Las gemelas de corazon risaraldense que valen Oro.
La historia de Yesenia y Yéssica Sánchez Hurtado es la prueba viviente de que los sueños se alcanzan cuando se corre con el corazón. Estas hermanas gemelas, nacidas en San José del Palmar (Chocó) y adoptadas por Risaralda como su hogar, se han convertido en símbolo de disciplina, unión y superación en el atletismo colombiano.
Desde pequeñas comparten más que un parecido físico: las une una pasión inquebrantable por el deporte y una conexión que trasciende la pista. “Cuando una gana y la otra no, sentimos el triunfo por igual”, confiesan con emoción. Su historia es la de dos almas que corren al mismo ritmo, impulsadas por el amor familiar y el deseo de inspirar a otros jóvenes.
A pesar de venir de un entorno social difícil y de entrenar en un departamento que no cuenta con pista atlética, su talento ha brillado con fuerza. Bajo la guía de su entrenador Johan Silva y el acompañamiento de su madre, Adriana Sánchez, las gemelas han demostrado que los límites no existen cuando hay determinación.
Un triunfo histórico
Representando a la Selección Colombia en el Campeonato Sudamericano U-20 en Perú, Yesenia y Yéssica conquistaron la medalla de oro en el relevo 4×100 metros, junto a Camila Maturana y Angie Ambuila. Su desempeño no solo impulsó al país al segundo lugar del certamen, sino que dejó en alto el nombre de Risaralda y del atletismo femenino colombiano.
“Son unas gacelas”, afirma orgullosa su madre, al recordar cómo, pese a las dificultades, sus hijas se sobreponen con fuerza, entrega y una fe inquebrantable.
El presidente de la Liga Risaraldense de Atletismo, José Zapata, también destacó su ejemplo: “Nuestro objetivo no solo es formar deportistas, sino también buenas personas. Las gemelas Sánchez son reflejo de lo que queremos para el deporte risaraldense”.
Sueños que van más allá del podio
Con el deseo de algún día lograr un histórico “1-2 para Colombia” en los Juegos Olímpicos, Yesenia y Yéssica siguen entrenando juntas, demostrando que el amor, la disciplina y la fe pueden más que cualquier obstáculo.
Porque cuando el talento se combina con el corazón, los sueños —como ellas— corren en doble velocidad.












