Hacia las energías limpias y renovables
Por: Juan Diego Patiño Ochoa
El Pacto por la Justicia Tarifaria impulsado por el actual gobierno nacional, en el cual intervienen 82 empresas generadoras y comercializadoras y los acuerdos con la Comisión de Regulación de Energía y Gas, que disminuirían el costo de la energía entre 4% y 8% en favor de los consumidores, a partir de noviembre, es un alivio para el bolsillo de las familias.
El alto costo de los servicios públicos y en especial el de la energía eléctrica, ha golpeado de manera significativa los hogares, reduciendo su calidad de vida y su bienestar. Además, también se han visto perjudicados los diferentes sectores industriales y de servicios de la economía nacional, obligando a que muchos de ellos estén enfrentados a bajas en la productividad, que podrían desencadenar en un aumento de las tasas de desempleo.
Esta crisis de las tarifas de la energía convencional, que es un fenómeno universal, tiene especial incidencia en las grandes potencias económicas, lo que ha puesto sobre la mesa, nuevamente, la necesidad de acelerar los procesos que conduzcan hacia las energías limpias y renovables.
A nivel interno de Colombia, es necesario continuar apostándole a las energías de las que habla la Ley 2099 del 2021, que busca modernizar la legislación en materia de transición energética, promocionar las fuentes renovables y reactivar, de esta manera, la economía del país, teniendo como base, eso sí, el mejor aprovechamiento de los combustibles actuales.
Las energías provenientes de fuentes naturales como la luz solar, el agua y el viento, poseen la gran virtud de no generar emisiones de Gases de Efecto Invernadero, lo que les da una gran ventaja en términos ambientales, por la protección de los ecosistemas.
El mundo se mueve hacia la transición energética, que no puede verse solo desde el prisma ambiental, sino desde otras perspectivas, como la oportunidad de avanzar hacia una revolución económica, que tendrá efectos muy benéficos para miles de millones de personas, que hoy están amenazadas por fenómenos como el cambio climático.
También es la oportunidad para que Colombia planifique mejor su matriz energética, revise los costos, analice todas las oportunidades, y de el paso que se requiere, que no es otro que dirigirnos hacia una transición de fuentes de energía, que resulten más provechosas social y económicamente para el país.
Aquí, en nuestra región, ya hay esfuerzos públicos y privados en pos de tener una alternativa de energía limpia. Hay que apoyarlos para que los resultados sean cada vez más positivos y a favor del medio ambiente, algo que hemos impulsado sede la Asamblea Departamental.