El profe Héctor José López Quintero es de esos hombres que desde muy joven la tenía clara, quería ser profesor, quería enseñar, construir una mejor sociedad, “construir” ciudadanos inquietos por ser mejores y por aportar a un nuevo mundo, a un mundo mejor.
No es poeta, pero escribe poemas, no es escritor, (dice que no es escritor) pero escribe para un periódico, está escribiendo dos libros con doses profesoras y enseña, es estudioso y siempre está en función de qué más hacer o cuál proyecto es importante trabajar para materializar; es un soñador que sueña con iniciativas que les sirven a otros.
Luz Clara Perdomo de Fajardo fue su profesora de grado octavo y fue la persona que influyó en él para que se enamorara de la docencia y la literatura y nunca se ha arrepentido de su profesión; por el contrario, dice que se ha ganado la lotería porque tiene como materia prima de su profesión a los niños y a los jóvenes y es lo mejor que le ha podido pasar en la vida.
Es licenciado en Educación Básica Primaria de la Universidad del Quindío, especialista en Pedagogía de la Lengua Escrita de la Universidad Santo Tomás de Aquino de Bogotá y magister en Socio Lingüística de la Universidad Tecnológica de Pereira.
El profe tiene 53 años de edad, 34 como docente y está casado con la educadora Gloria Inés García Osorio; tiene dos hijos y es abuelo de María Antonia. Con cierta tranquilidad y la certeza de hacer las cosas bien, el próximo 9 de diciembre cumplirá 30 años de casado.
Es docente del Instituto Tecnológico Santa Rosa de Cabal, le enseña a niños y niñas de primaria y allí conoció a las docentes: Gloria Patricia Jaramillo Hoyos, y a Gloria Socorro Valencia Benjumea con quienes en el año 2017, gracias a sus intereses comunes, se aventuran a desarrollar un proyecto en el que el profe desde 2009 ya venía madurando, sobre la recuperación de la memoria histórica (hablando con los abuelos) y para lo cual inician un trabajo de investigación para consolidar la inclusión escolar y se valen de la iniciativa “El Banco de los Valores”.
Premio a la Excelencia Educativa en Iberoamérica
Con el proyecto educativo “El Baúl de los Recuerdos” se presenta al concurso Excelencia Educativa en Iberoamérica, en Guayaquil Ecuador y entre 87 proyectos más, fue premiado con el primer lugar.
Dicho proyecto fue el resultado de procesos de investigación etnográfica y sistematización, se compilaron aspectos de la memoria histórica de abuelos, como punto de partida para menguar la brecha generacional, mejorar el nivel de competencias en oralidad, lectura y escritura y fortalecer las competencias ciudadanas que les permitan participar en procesos de educación para la paz en el aula, la escuela y en las familias.
Como resultado del trabajo en el aula, se editaron dos libros “El Baúl de los Recuerdos – recuperando la memoria histórica de los abuelos” y “El Baúl de los Recuerdos parte dos – confrontando la historia local”.
Investigar, escribir, enseñar
Además de los libros ya escritos, tiene otro ya editado, un cuento pedagógico “Mirada de Niños”, al final de cada capítulo tiene un test de comprensión de lectura, talleres de redacción y de investigación.
Participó además en una antología de escritores risaraldenses, con una continuación de “Mirada de Niños” donde los protagonistas son 5 niños que trabajan por rescatar los valores.
Otro trabajo de su abultada riqueza como “escritor” tiene que ver con Risaralda. Tomó versos del himno del departamento y de forma aleatoria los ubicó en párrafos para hacerle un homenaje a Risaralda y a Santa Rosa de Cabal.
Con qué sueña el profe
Héctor José López Quintero se toma sólo unos segundos para responder, porque sabe hacia dónde va. Dice que todo tiene su ciclo y que, como resultado del premio obtenido en Ecuador, espera culminar ese proceso con un trabajo que inició con niños del grado cuarto.
En este momento se encuentran haciendo una lectura sociocultural del territorio y a partir de esta información harán creaciones literarias, platearán soluciones a problemas que ellos detectan. La idea es que los niños sepan en qué contextos se están moviendo. “Esto nos va a llevar a formar ciudadanos con conciencia cívica, ambiental y social”.
Finalmente, el profe sueña con un proyecto socio-cultural del paisaje cultural cafetero porque a pesar de que vivimos en esta zona, dice que no tenemos una identidad cafetera.
“Cuando empiece el proyecto, la idea es que cuatro niños se vuelvan hacendados, y cada uno debe formar una finca y les voy a decir que su finca es de tantas hectáreas y pueden sembrar tantos palos de café, ahí trabajamos la matemática, luego la producción, luego la literatura y la identificación del sentido de pertenencia del paisaje cultural cafetero; es decir, que es un proceso en el que le apostamos a lo cognitivo, a los valores y a lo social y cuando tenga el proyecto maduro lo presentaremos al “Global Teacher”; es un concurso mundial de docencia, dicen que es el premio nobel de la docencia y le apuesto a que mi colegio, mi municipio, mi región y mi país; sea conocido a través de este proyecto y finalmente, retirarme teniendo la posibilidad de ser profesor universitario.
