El Legado de Don Saludero: Una Historia de Actitud Positiva rodando en las Calles de Pereira
Por: Juliana Soto. | @Julysot
En las transitadas calles de Pereira, entre el vaivén de la vida cotidiana, se encuentra un héroe discreto pero invaluable: Jhon, un conductor de bus en la ruta 4 hacia Villa del Prado. Pero no es solo otro conductor de autobús; Jhon es conocido cariñosamente como «Don Saludero», un apodo que ganó gracias a su actitud ejemplar y su trato amable con todos los pasajeros que abordan su autobús.
Desde el momento en que los pasajeros se suben al bus, son recibidos con una sonrisa cálida y un cordial saludo por parte de Jhon. «Buenos días», «buenas tardes» o «buenas noches» resuenan a lo largo del recorrido, acompañados por deseos genuinos de que tengan un buen día o una buena noche. Incluso al bajarse del bus, Jhon se despide con un sincero «que les vaya bien», demostrando una cortesía que muchos consideran en peligro de extinción en el ajetreo de la vida moderna.
La actitud de Jhon no pasa desapercibida. Los pasajeros notan y aprecian su amabilidad, su profesionalismo y su dedicación a su trabajo. En un mundo donde las interacciones impersonales son cada vez más comunes, la presencia de alguien como Jhon hace una diferencia notable. Sus pequeños gestos de cortesía y amabilidad marcan una gran diferencia en el día de quienes viajan en su autobús.
«¡Don Saludero!» exclaman algunos pasajeros al subir al autobús, reconociendo y celebrando la presencia de Jhon. No solo es un medio de transporte, sino una experiencia que alegra el día de quienes lo eligen.
Hoy, en lugar de destacar lo negativo, queremos celebrar lo positivo. Queremos reconocer y exaltar a personas como Jhon, quienes con su actitud positiva y su dedicación hacen del mundo un lugar mejor. Así que la próxima vez que te subas a un autobús, recuerda la historia de Don Saludero y el impacto que una pequeña dosis de amabilidad puede tener en la vida de los demás. Sé como Jhon, sé como Don Saludero: un rayo de luz en un día común y corriente.
¡Compartamos esta historia, felicitemos a don saludero!